martes, 20 de enero de 2015

LO QUE DEBERIAMOS RESPONDER LO COLOMBIANOS CUANDO NOS PREGUNTEN POR DROGAS EN EL EXTERIOR.

Luego de casi un año esperando la oportunidad, finalmente logro llegar a Cairo, Egipto. 21 horas de viaje, dos escalas, tres países y más de un revolcón a mi maleta, fueron compensados en la llegada.
 Ya sabía de los obstáculos a los que me enfrentaba, la mala cara que algunos extranjeros ponen al escuchar nuestra nacionalidad y sobre las bromas de mal gusto que la mayoría hace, justo en el momento que cualquier paisano intenta exponer lo bueno de la tierrita, en medio de una conversación.
Recuerdo el miedo intenso que sentía en Barranquilla al momento de empacar, no quería tener ningún inconveniente. Y es que me prive de meter muchas cosas que ahora realmente extraño; harina para las arepitas, talco para los pies y hasta un tratamiento a base de keratina que heroicamente metí, pero que me quitaron en el aeropuerto de París.
Parecerá de primípara,  pero es mejor prevenir que lamentar. No obstante, ni con tantas precauciones logras evadir una mala experiencia. Y es que la emoción de estar en el aeropuerto egipcio, se convierte en pánico.
El hombre que revisa mi pasaporte, le grita a otro, - colombian!, me sacan de la fila y el interrogatorio comienza, en un inglés que más bien parecía árabe, me exigen papeles que soporten lo que digo, una larga fila de viajeros me observa, todo esto, con una maleta de casi 30 kilos, un morral de por lo menos 20 kilos y una carpeta que parecía folio de registraduria en mis manos. Las palabras se enredan, se olvidan los casi 3 años de inglés que aprendiste en el curso de los sábados, te sientes culpable pero no sabes ni porque, y al final, tu corazón se desacelera cuando con un mal gesto, te dicen que puedes seguir.
El momento que se supone deberías disfrutar y sentirte realizada, se convierte en desilusión. No debería de ser así, el esfuerzo y dinero que se invierte es mucho como para perder esa sensación.
Mientras más tiempo pasaba, mas disfrutaba esta aventura, sin embargo, el fantasma de Pablito siempre reaparecía. Tratando de cambiar euros, el que atiende se entera que soy colombiana y dice, -oh! Colombian, do you want hashish?, i have it!, me respondio sonriente.
Dias despues, cuando ya creia que no podia sorprenderme otra insinuación sobre lo drogadictos y capos que podemos llegar a ser, mis parceritos  y yo, decidimos realizar una fiesta al 'colombian style'; salsa, merengue, ras tas tas, vallenato del cacique, champetica y hasta el típico arroz con pollo y papitas fritas de toda celebración nuestra. Llegaron ucranianos, brasileros, indios, rumanos, y un nigeriano, todos se dieron cuenta que con orgullo usábamos la camiseta de la selección y nuestra hermosa bandera colgaba en la ventana. Uno de ellos se acerca y 'bromea' diciendo, - oye, pero a la bandera de ustedes les falta el blanco!, estas en nuestra fiesta, comiendo nuestra comida, escuchando nuestra música y te atreves a decirnos eso?, los colombianos merecemos respeto.
Luego de escuchar tanta 'bascuencia' junta, yo reflexiono y me pongo a pensar que debí haber dicho o hecho en los momentos que nos intentaron recordar las andanzas de Pablito. Ahora concluyo que lo mejor, es hacerles entender que para nosotros eso NO es una broma ni TAMPOCO nos enorgullece, por el contrario, es como si bromearas con un alemán sobre los nazis, te burlaras en la cara de un ucraniano por dejarse joder de Rusia, insinuaras que los soldados estadounidenses desperdician su vida y tiempo en Irak, y discriminaras a Grecia por estar en la inmunda, NO es agradable escucharlo y raya en lo descortés, nadie se atreve a bromear con esos temas, pero si atribuyen a un colombiano trabajador, estudiante o simple turista, el hecho de ser el capo de un cartel.
De ahora en adelante, cada vez que me cruce con un extranjero e intente bromear con el tema de las drogas, no me reiré, y con el mismo gesto que nos hacen en las embajadas al solicitar visa y en los aeropuertos al mostrar el pasaporte les diré, que sea colombiana NO significa que sea drogadicta o traficante, por lo tanto, tu comentario no me hace gracia, ok.  



1 comentario:

  1. todo esto nos pone a reflexionar de lo que estamos haciendo en nuestro país, te felicito.

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