Para
la conformación de una sociedad basada en el cumplimiento de normas o leyes
creadas por el estado con la finalidad de establecer un orden social y político
que desemboque en la estructuración de una colectividad en busca del desarrollo
y pleno establecimiento, es preciso e
inevitable como una pretensión de rectitud, entendida desde la perspectiva del
análisis del lenguaje, como la acción del hombre regido por reglas legítimas,
creer que un estado de opinión logre solucionar problemáticas sociales, las
cuales profundizan en áreas que se encadenan, como lo es la política, lo
económico y cultural, obviando la existencia de la legitimidad precisa para una
sociedad. No obstante, la presencia de un estado democrático diferencia en el
hecho de que este se ajusta a los
parámetros de la constitución real basada en la racionalidad y que a su
vez brinda la oportunidad de opinar, lo que impide incursionar en lo subjetivo
y unilateral.
Así
mismo, los medios de comunicación despliegan sus acciones dentro de escenarios
en donde la compresión mutua de una proposición entre estado y sociedad
general, permite un balance entre distintos universos y sus distintas
presunciones, desarrollando así una relación entre la acción comunicativa y un
estado democrático, en donde la opinión supera la expresión de tecnicismos
representados en cifras o estadísticas representativas del pensamiento
colectivo.
Es
por eso que para que este equilibrio pueda ser llevado a cabo, es necesario el
cumplimiento de los cinco niveles que Guillermo Hoyos Vásquez, menciona en su
artículo, Estado de opinión: ¿información, comunicación y lenguaje públicos? :
El
mundo de la vida, es el espacio en donde se conjugan todas las personas y sus
experiencias, lo que es entendido como, un contexto físicamente básico, en
donde el entendimiento y la aceptación del otro, no pretende aceptar o asumir
su posición como propia, resultado de un proceso educativo en donde la
exposición del pensamiento, hace evidente la disolvencia que pueda existir
entre las esferas pública y privada.
Por
otro lado, una sociedad civil solo es concedida a través de la relación que se
construye entre toda clase de manifestaciones producto de la multiculturalidad,
lograda por una educación pluralista.
Así
mismo, lo público cumple el papel de conector entre intereses comunes y la
interacción entre sociedad y estado, lo que amerita de la creencia del otro,
como un ser distinto a los demás, lo que en esencia sería la base de un estado
democrático en donde realmente la opinión expresada.
Es
así como lo político también se crea de la lucha incansable por el
reconocimiento de otro, para así evitar caer en sólo tener en cuenta los
intereses de una esfera privada que resulta en corrupción y discusión negativa,
presupuesto totalmente opuesto a lo que significa la democracia y opinión, lo
que desemboca en un estado de derecho, logrado gracias a consensos a través de
la comunicación, que aún es vista como un proceso en donde la finalidad es
lograr pactos que permitan la fluidez en la búsqueda de una solución a
problemáticas como la violencia, discriminación o exclusión.
En
las anteriores estipulaciones la acción comunicativa, siempre estuvo expresada
a partir del hecho de la descentralización de la razón, autorizando una
cooperación mutua entre partes, que adquiriendo el principio del entendimiento
desde la compresión del mundo desde una perspectiva objetiva, social y subjetiva,
conllevando a la superación del desacuerdo, gracias al equilibrio de los tres
mundos y sus propias pretensiones.
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